Calumnias
Claro, eso se interpreta como señalamiento y acusación contra los grupos comunistas y afines, obstinados en demostrar que ellos obran dentro de la ley y por eso son demócratas irreprochables. En realidad, que ellos tienen derecho a mandar matar gente (pues sin el poder de matar gente que tienen las guerrillas no hay nada que negociar) porque siempre lo han tenido y siempre lo han hecho. Siempre se vuelve a lo mismo, en África no se cree que los muertos a bala estén muertos porque nadie ve la bala, en Colombia los que encargan los cortes de franela son inocentes porque llevan uñas esmaltadas y puños almidonados.
No, ahora resulta que no. Ahora resulta que la izquierda no busca la solución negociada y quienes decimos que la izquierda (llamemos así a esa panda de rateros y asesinos que obtienen los papeles que los autorizan a tener servicio doméstico en antros en que sólo aprenden a darse aires y a intimidar) busca la solución negociada, estamos calumniando infundadamente a la izquierda, que sólo en algunos casos de extremistas propone la solución política negociada del conflicto social y armado. Ganas de faltar al respeto a esas personas bondadosas.
Macartismo
Que no, que si uno ha leído eso en todas las declaraciones de todos los dirigentes del autodenominado Polo Democrático Alternativo, de todos los columnistas enemigos del gobierno, de todos los líderes de ONG autodenominadas de paz y derechos humanos, de casi todos los llamados científicos sociales o violentólogos, en los editoriales de los principales medios, etc., sólo es la fantasía de uno que quiere macartizar a esos escrupulosos demócratas.
Rigor
Señor, señora, lector, lectora... ¿Han leído en alguna parte que la izquierda colombiana favorece la negociación política con la guerrilla que suponga un reparto del poder? Si lo han leído, se trataría de excepciones, o bien de insidias de País Bizarro y de este desaprensivo bloguero. Nada de eso, la izquierda quiere el castigo riguroso de los terroristas, ningún perdón para los crímenes atroces ni para el narcotráfico.
Fundamentalismo
Mejor tarde que nunca. Para encontrar la felicidad hay que albergar la esperanza de que el horror del mundo es un error de percepción de uno. No hay tal horror, la izquierda colombiana (ay, tener que llamar así a esa temible secta de psicópatas) es ¡todavía más enérgica respecto al castigo de la guerrilla que Uribe y los sectores que lo apoyamos! No me creen, ¿cierto? Es que ustedes han leído en exceso País Bizarro, ya tienen el cerebro lavado y no se informan en fuentes más rigurosas y honestas.
Prueba
Que no. Que es en serio, no estoy mamando gallo. El que lo dude puede leerse esta perla y darse cuenta de que nuestros reproches a la izquierda eran el fruto de un malentendido. En realidad somos nosotros los contemporizadores y blandos con ese vicio estúpido de creer que para evitar muertes y sufrimientos resultaría preferible dejar impunes a los asesinos de las FARC y el ELN. Los de la izquierda no perdonarán. Desde aquí mi admiración fervorosa. Este Julián realmente es el ser más increíble que he llegado a conocer.
Cabalidad
Por ejemplo, ¿no era de los más exaltados propagandistas de Carlos Gaviria? Bueno, él es de los más exaltados respecto de cualquier cosa. Yo lo llamo «el Exaltado Engañado». Pero ¿qué arte alcanza este hombre para promover a Carlos Gaviria y no entender esos textos judiciales en los que el ex magistrado exigía la impunidad plena para quienes salgan a matar soldados en unos términos tan cínicos y perversos, con unos ejemplos tan propios de un psicópata que hasta Romaña o Jojoy habrían tenido un acceso de vómito? ¿O la noticia de que el San Nicolás del mundo al revés viaja a España a pedir que se saque a las FARC de la lista de terroristas? Bah, cosas mías, ya vendrán decenas de lectores a sacarme de mi error, a mostrarme que los ejemplos que pone Carlos Gaviria no son la obra de un asesino despiadado sino la prueba de bondad de un santo filántropo.
Matices
Claro que según aclara Julián no se puede andar achacando a todo el PDA, y cita a dos políticos curiosamente con trayectoria guerrillera, que curiosamente no han pedido perdón ni han dicho la verdad sobre hazañas como la del Palacio de Justicia o el asesinato de José Raquel Mercado. Uno de ellos, Gustavo Petro, es tan frenéticamente chavista y defensor fervoroso de la solución negociada que Carlos Gaviria resulta razonable en comparación. El otro, Antonio Navarro, mostraba rasgos de sensatez hasta que se vio sin puesto y se puso al servicio de Carlos Gaviria y Gustavo Petro. ¿No fueron los que protagonizaron el episodio de la visita de Ménem? ¿No estaban como Alianza Democrática en el Foro de Sao Paulo con las FARC y el ELN?
Blogosfera
Pero esto de la blogosfera es una liga menor, en la que no está en juego más que el discurso de espontáneos de la política y escritores sin público. ¿Alguien recuerda que Julián participaba en la campaña de intimidación de los blogueros izquierdistas en Blogs Colombia? ¿Y que está con algunos otros del mismo sector político en Equinoxio? Cuando le cito un comentario sobre uno de ellos que sin el menor recato proclama que dentro de las guerrillas hay unos que cometen crímenes atroces y otros que tienen motivación política (hacerse ministros vitalicios, por cuanto proceden del estrato seis y pasaron por la universidad) y que con los segundos hay que negociar las leyes, Julián responde con una actitud que es característica de él: se hace el bobo. No entiende lo que no quiere.
Causas
Voy a copiar una perla de otro de los compañeros de Julián en equinoXio para que vean hasta qué punto la pasión de la izquierda es el combate contra la guerrilla y el castigo de sus crímenes.
Hace mucho tiempo un señor Rafael Uribe Uribe dijo algo así como que había que gastarse la plata implementando un socialismo de Estado en Colombia —o como se llamara este país entonces— porque había mucha gente descontenta en las calles y pues ojalá no fueran a revoltarse mucho porque… y en esas lo cogieron a hachazos, por lo que después le hicieron un monumento en el Parque Nacional y le pusieron su nombre a una localidad en Bogotá y a un lago en Pereira.
Y, claro, un día por fin una gente se revoltó y terminó tomándose las carreteras.
Omnipotencia
Nuestra izquierda es así, tiene todos los nombres y encara todas las tareas, quiere combatir la pobreza pero despoja al Estado con pensiones a los cuarenta años y sueldos de cincuenta personas a sus afiliados, tal vez para llamar la atención de esa sociedad sobre la necesidad de combatir la pobreza; quiere el castigo y al mismo tiempo el premio para los guerrilleros, aborrece los señalamientos calumniosos pero al mismo tiempo los practica. Nadie debe pensar que es lícito culpar sólo a estos personajes: ellos expresan a la sociedad, la condición moral del colombiano es generalizada y ellos sólo la expresan con más crudeza por representar un núcleo de poder tradicional. Colombia con la izquierda y sus niños combatientes tiene un problema más grave que el combate militar y el esfuerzo presupuestario, es su propio fondo, lo que han sedimentado los siglos de esclavismo lo que clama por redención en los disparates de estos imbéciles y en los crímenes de los que aspiran a asimilárseles.
Exegetas
Ya he escrito cerca de 600 posts con el mismo tema, ¡a que esta vez sí sale un lector independiente y juicioso y me demuestra que las distracciones de Julián con su izquierda no son disparates de alguien ciego a la realidad! O que el cuento de los «revoltados» tomándose las carreteras no es justificación del narcoterrorismo. Bah, seguro que leen el post anterior a éste en País Bizarro y encuentran fácilmente argumentos, no tienen que sufrir leyendo tantos posts. En resumen, mientras que el gobierno propone toda clase de facilidades para que las FARC se desmovilicen, incluso una Constituyente al final... ¡Julián se opone rotundamente, seguido por una considerable facción del PDA! Nosotros que no vemos, como-ningún-ciudadano-corriente-de-un-país-civilizado, que sea lícito negociar las leyes con una banda de asesinos, en cambio encontramos razonable que se ofrezca una salida a los combatientes de las guerrillas, pero Julián parte de una actitud envarada e insobornable: para ellos nada, que los castigue un gobierno del PDA, puesto que para él el único político de relieve que se opuso al Caguán es un sátrapa, un dictador, un mafioso, un fin-que-ro...
Reformas
Por ejemplo, un comentarista habitual de este blog me preguntaba en ese post:
Falta que J.R. explique por que seria menos grave cambiar la constitucion para poder dejar de castigar delitos atroces, bajo presion de las FARC, que cambiarla para, que se yo, poder hacer una reforma agraria o algo asi.
En ambos casos, desde que la constitucion fuese cambiada en un proceso democratico, no seria igualmente legitima/ilegitima?
Error
Desgraciadamente hay que saltar a ese tema, pronto volveré a la reforma agraria que permitirá la paz, de momento una apostilla a los argumentos del señor Nieto: es posible que la generosidad de Uribe sea correcta porque sirve para neutralizar el verdadero frente activo de las FARC o de lo que está por encima de ellas, que es el de la política y los medios. ¿Qué van a cambiar los crímenes porque Uribe se muestre intransigente, si a fin de cuentas la negociación definitiva con las FARC depende de su declive militar y no de lo que se dé o quite en la negociación? Uribe no tiene enemigos significativos a la derecha, ante la amenaza de una alianza de los políticos tradicionales (César Gaviria, Rafael Pardo, Germán Vargas, los López y compañía) con el PDA, ¿qué van a ofrecer a las FARC que no sea todo el poder, si a fin de cuentas ni siquiera con la promesa de impunidad y constituyente se avienen a negociar? Si hay un péndulo que mueva a las mayorías al afán negociador, tras una buena serie de masacres, será muy difícil para una facción hostil al gobierno representar ese cambio, porque más allá del Caguán la gente no va a ir. En últimas, la única verdadera fuerza de las FARC es la distracción de la sociedad, que ha permitido ascender a políticos aliados de los dueños de las FARC.
Disparate
Verdaderamente vale la pena leer ese post y la discusión que sigue para ver hasta qué punto no hay el menor rastro de sentido común en el cuento de la izquierda intransigente con la guerrilla. Son tonterías de un tonto. Pongamos el caso del primer comentarista: Galactus cree que se puede negociar una reforma agraria para acabar con la guerrilla. ¿Qué diferencia hay entre eso y el triunfo de las FARC? Ninguna: de repente no son unas bandas de asesinos que pretenden destruir la poca democracia que hay para imponer un régimen totalitario, sino que son un movimiento agrario que lucha por una reforma justiciera. ¿Dije que el cuento de la izquierda antiguerrillera es un invento de un tonto? Ésa es una injusticia muy grande con los tontos. Julián no puede entender eso, no lo quiere ver rápidamente corre a inventarse una relación que permita estar más en contra de Uribe que de quienes ven en las FARC un agente de justicia. ¿alguien recuerda alguna discusión de ese estilo en algún blog? No, todo es intimidación contra los que no echamos espumarajos contra Uribe, no importa el motivo, sólo estar contra Uribe, por intransigente, por demasiado transigente, da lo mismo.
Devolución
El aporte más sabroso tenía que provenir del nunca bien ponderado Filósofo Crétino, que tiene la ventaja de que Alejandro Gaviria se lo toma en serio y hasta le pide excusas cuando recibe la crítica por dar la impresión de tomarme en serio a mí. Hay que aclarar que el tema de discusión era la entrevista de Uribe a Todelar y la negociación con la guerrilla. Fuera de eso, la reforma agraria puede ser una propuesta electoral de un partido que de momento no va a ganar (y es todo el problema, que la llamada izquierda es la minoría de los descendientes de los encomenderos y no va a ganar ningunas elecciones en Colombia y necesita a la tropa masacrando para imponerse):
Precisamente por eso es que hay que hacer la reforma agraria, por respeto al principio de la propiedad: la propiedad de millones de campesinos expropiados por paramilitares y terratenientes que los expulsaron violentamente de sus tierras y las robaron. Para eso no hay que votar como ud dice, de la misma manera en que no hay que votar para que un ladrón devuelva lo que no es suyo.
Definiciones
Yo tengo un problema severo de comunicación: ¿cómo hago para meterme en la cabeza de mi posible lector para que entienda lo... julianesco que es esto: definición de 'perro' = 'pulgas', de 'león' = 'gacela', de 'violador' = 'muchacha'. ¿Cómo se me habá ocurrido pensar en los colombianos como subhombres? ¡Qué atrevimiento! ¡Pero es que el Filósofo Crétino es también historiador! ¿Habrá alguien capaz de entender que quien más ha despojado a los agricultores y ganaderos en Colombia ha sido precisamente la guerrilla? Ahora no son unos psicópatas totalitarios que desde siempre han buscado abolir la propiedad, ya no sólo agentes de justicia, sino unos propietaros despojados que exigen restitución. Dios mío: un muladar, subhombres, pero este hombre procede de la universidad de las elites. Es el mundo al revés. Cuando tenga un Ferrari recogeré a algún mendigo, seguro que son los que más saben sobre los hoteles de lujo.
Alternativa
En contraste con estos izquierdistas apaciguadores Julián plantea una salida alternativa: se opone rotundamente a la negociación con las FARC, pues ¿qué se va a negociar si de todos modos se los va a castigar? ¡Pero también se opone a que se las combata! El que haya leído sus posts exaltados lo comprobará. Es verdad que se parece a Sergio Méndez: el mismo infantilismo y la misma exaltación, las conclusiones son igualmente delirantes, pero les da igual: el último razonamiento de Julián, el promotor del siniestro Carlos Gaviria, es «A mí que me esculquen».
Rebobinar
Aquí todo se repite y es porque todo encuentra unas resistencias increíbles debido a la presión de los medios, de los valores tradicionales y del adoctrinamiento universitario. Lo que más se repite es que nunca hay respuestas racionales sino sólo insultos o intimidación, es que lo que digo sobre la relación de las clases parasitarias y la guerrilla es tan rotundamente cierto que hasta ahora nadie me ha intentado refutar que los privilegios de los empleados estatales derivan en gran medida del poder guerrillero. Como mucho, se escandalizan, porque a la manera de Julián no oyeron hablar de los sindicatos. Pero aquí tengo un ejemplo todavía más claro: un blog nuevo comenta la propuesta de aplicar un impuesto a los que han ido a universidades públicas. Creo que todo lo que he intentado explicar está demostrado en ese post y en las respuestas. Sobre todo en la idea de que los pobres van a la UN.
Derecho
Por favor, no me hagan copiar ese post, sobre todo porque lo mejor está en las respuestas: no hace falta nada más para entender el sentido de esa izquierda que el parasitismo social de quienes se quedan con todo y no producen nada. De quienes hicieron del título universitario un pretexto para no hacer nada, pues ¿no les parecería razonable que el estudio les diera ocasión en un mundo abierto de ganar más? No, sus buenos sueldos vienen de las guerrillas y de los crímenes urbanos, como los de esta semana en Bogotá, por eso el patrocinio descarado de los crímenes, pues ¿qué reforma se va a emprender en una negociación sin las masacres, rehenes y amenazas a la infraestructura? Como son ricos pueden entrar a una universidad casi gratuita, y por tanto ejercen su derecho a la educación, ¿quién va a pensar que hacen falta recursos para que los demás tengan también ese derecho?
Muladar
Al pobre Heracles lo encargaron de limpiar los establos de Augias y esa penosa labor se convirtió en paradigma de la hazaña heroica. Quien piense en Colombia como un sitio sin violencia tiene que abrir los ojos a esa fuerza avasalladora que tiene el orden tradicional para impedir la derrota de su tropa y el restablecimiento del derecho. No es que los militantes de la facción asesina tengan mucho que ganar, pues la guerra civil que buscan los afectaría también a ellos y de todos modos la perderían, sino que en la cúspide de la pirámide se evalúan pérdidas en caso de que los niños asesinos tengan ocasión de estudiar y acceder a una vida normal. Es la esclavitud de siempre, pero con orates que la defienden mientras sueñan con ascender dentro de ese orden.